Hay un pulso silencioso, que sin embargo está ocurriendo justo en este momento, cuando vemos que los libros tradicionales encontraron una gran competencia en los libros virtuales. Las bibliotecas en línea suelen resultar más accesibles y fáciles de visitar y la posibilidad de consultar en un momento y con algunos clics miles de libros a cualquier sitio, es algo que todos aprecian.

Existe un poderoso elemento que inclina la balanza a favor de las bibliotecas en línea: la diversidad. Por grande que sean, las bibliotecas tradicionales en la mayoría de las ciudades o universidades del mundo (salvo excepciones), cuentan tanto con un número limitado de libros en cuanto a su diversidad, como con una limitación numérica de ejemplares de un mismo libro.

Algunas carreras, como medicina, ingeniería o matemáticas, requieren libros algo costosos y difíciles de encontrar en cantidades suficientes en bibliotecas físicas, impidiendo que miles de estudiantes puedan acceder a estos libros durante sus estudios. Todo esto impulsa a la gente a visitar las librerías online.

El avance del mundo virtual como modo de vida

Dos elementos poderosos han impuesto el mundo virtual como modo de vida: Las aplicaciones y el streaming, estos han logrado que la gente cada vez se mueva menos de casa. Ahora mismo millones de personas que antes salían a comer semanalmente o iban al cine, se quedan en casa y piden pollo, pizza o sopa a través de una aplicación, o disfrutan de la nueva serie o película en alguna plataforma de streaming.

Esto, que se impone como un nuevo paradigma en la sociedad, termina llegando al mundo de la literatura, donde la gente prefiere disfrutar del libro que prefiera o consultar aquel que necesite, sin necesidad de salir de casa.

Una visión romántica mantiene en pie a las bibliotecas tradicionales

Entre consagrados lectores, curiosos e investigadores, siempre se encuentra un grueso sector que prefieren esa visión romántica de llegar a un edificio antiguo (preferiblemente) y en un escritorio alejado, “meterse” en algún grueso volumen que satisfaga su necesidad o búsqueda de información. 

Además de ello, también existen escritores, conocidos o amateurs, que no dejan de visitar cafés o bibliotecas, para liberar su mente y encontrar inspiración en historias de los comensales, en libros ya conocidos o en el ambiente de ambos espacios.

Un acuerdo no escrito que beneficia a los lectores

Hay una estrategia, cada vez más aplicada, que ha generado mayor actividad en las bibliotecas tradicionales. Ante el auge de internet y la limitación física para el almacenamiento de miles y miles de libros, ahora las bibliotecas tradicionales suelen contar con algunos equipos de computación, para la consulta de bibliotecas en línea, desde los espacios de la biblioteca tradicional. Jaque mate a los fatalistas. Los lectores ganamos.

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