Para el público en general, parece fácil llevar un libro a la pantalla, más aún, da la impresión de que el resultado siempre será bueno, pero nada más alejado que la realidad.

La sensación de que toda película basada en un libro es un gran trabajo, nace de la lógica de que solo las mejores lograrán trascender con su fama y al conocerse, evidentemente parece que todas son muy buenas películas de libros. 

¿Cuál es entonces la verdadera dificultad en el proceso de convertir un libro en película?

No hay una dificultad, sino una serie de elementos que exigen mucho cuidado y trabajo, llegando al extremo de elementos que será imposible manifestar en una película para lograr el resultado del libro. 

Para entender este punto basta hacer una prueba. Si es usted lector, trate de recordar el libro “El Perfume”, podemos recordar cómo el protagonista siente los olores de una u otra manera, imaginar también ese templo o biblioteca de olores que tiene en su mente. Ahora, al mirar la película, está 100% seguro de que usted no vio estos detalles como los imaginó. Esto es porque son aspectos no físicos, donde cada uno pondrá su imaginación a trabajar para figurarse de una u otra manera estos aspectos. 

Llevar a la pantalla historias establecidas entre millones de fans es aún más difícil

Aunque muchos libros alcanzan la cima de su éxito al ser llevados a la gran pantalla, como en el caso de Harry Potter, otros cuentan con mucha fama en su historia original, como libros. Esto genera una dificultad extra para llevarlo a la gran pantalla, mucha gente ya “espera ciertas cosas” de la proyección de la historia como película, y si hay algo imposible, es satisfacer la expectativa de millones de personas. 

Escoger bien a los protagonistas y ambientes

Este aspecto no es minúsculo, un buen actor puede ayudar a que la historia llegue al corazón del televidente del mismo modo que el libro al del lector. Podemos recordar una actuación épica como la de Johnny Depp al hacer El  Niño Manos de Tijera, para entender el valor de escoger a un actor adecuado para cada papel. 

En cuanto al contexto, podemos resaltar Matilda, un libro cuya película es impecable, porque mezcla lo mágico con lo tenebroso en la escuela, la casa de la maestra Tronchatoro, la típica familia estadounidense solo interesada en el entretenimiento y el dinero, y una niña con poderes que sobresale entre aquellos seres, consiguiendo en la maestra Miel, su figura de referencia perfecta.

Historias cuya complejidad sobrepasa lo posible en los cines

Algunas historias son, sencillamente, superiores a lo que se puede proyectar en una película y aunque se hagan intentos, siempre quedará claro que no se puede alcanzar la profundidad e intensidad que despiertan los pasajes del libro. Solo por citar algunas, podemos recordar ahora “La Dama de las Camelias”, de Alejandro Dumas, con una fuerza increíble en cuanto al sentimiento que despierta en los lectores, imposible de llevar a una escena de cine o películas. 

Dinero vs calidad

Al igual que en la música, este elemento también representa un obstáculo para hacer buenos trabajos al llevar libros a películas, y es que las productoras piensan y trabajan bajo proyecciones que tienen como norte recaudar suficiente dinero, hacer el proyecto viable económicamente es la meta y esto habla por sí solo como una dificultad a tomar en cuenta. 

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