Escribe, que algo queda, dice un refrán conocido. La escritura es el mecanismo que los pueblos, a través de su evolución, diseñaron y perfeccionaron para perpetuar el conocimiento; la historia, tradiciones, costumbres y también mitos en sus regiones. 

Es lógico que en la sociedad se impusiera la escritura para compartir nuestros pensamientos, opiniones y saberes. En el caso de la escritura creativa, autores de novelas y cuentos también deciden plasmar sus pensamientos e historias. Contar lo que viviste o lo que piensas, es la mejor manera de transmitirlo al mundo, pero para empezar a escribir es importante tener en cuenta algunos consejos valiosos. 

La hoja en blanco y el perfeccionismo utópico

Son dos conceptos que se alimentan el uno al otro. Se le llama el síntoma de la hoja en blanco, a ese problema que tienen los escritores cuando no saben como iniciar o continuar una historia, y esto casi siempre se debe a un afán de realizar un escrito perfecto, por ello no iniciamos o seguimos una historia, por considerar que no es la “perfección” que merece nuestra suprema obra.

Craso error. Incluso los grandes escritores escriben lo que les venga a la mente para iniciar o continuar una historia, porque conocen dos secretos que hacen a un buen escritor y que os mostramos a continuación: 

  1. Trabajar con un primer, segundo, tercer borrador. Nadie tiene que realizar una historia perfecta al primer intento. Es un sueño utópico. Lo lógico y lo que hacen todos los grandes escritores, es realizar un escrito tipo borrador, con la idea que ya tienen, a sabiendas de que al terminar, necesitarán hacer una o varias revisiones, para poder obtener el trabajo perfecto final. 
  2. Reducir, resumir, llevar la historia a su esencia. La maestría de un escritor, se mide en realidad por esto, saber llevar su historia al mínimo de palabras necesario, transmitir un mensaje generando el sentimiento y sensaciones que quiere el escritor usando la menor cantidad de palabras.

No existen historias muy cortas o muy largas

Las historias serán tan cortas o largas como debían serlo para transmitir lo que se quiere. Es mejor escribir una historia corta, que exprese todo lo que queremos que alargue. Los conceptos tóxicos son historias alargadas o acortadas, esto implica forzar la extensión buscando un resultado, cuando lo sano y óptimo es lo contrario: trabajar en la historia que queremos para expresar lo que necesitamos, buscando la mínima extensión pero sin forzarlo.

Existen grandes novelas largas como En Busca del Tiempo Perdido de Marcel Proust, que son obras maestras, del mismo modo que existen novelas cortas como El Gran Gatsby, que también pasarán a la posteridad como grandes obras. 

Leer es indispensable para escribir

Todo escritor tiene que nutrirse en la fuente de los grandes de la historia, no necesariamente todos los clásicos, pero sí es importante leer, ya que la lectura es lo que te permitirá identificar elementos de valor, ejemplos, maneras de realizar correctamente nudos, inicios, finales, no para imitar a otros escritores sino para aprender a escribir usando técnicas diversas que son de provecho.

Prueba varias fórmulas pero toma una decisión

Muchas veces cometemos el error de preparar variadas estructuras buscando la perfección, probar distintos comienzos o finales, pero esa espera no puede volverse eterna a la espera de una decisión, es importante elegir algo y dar forma definitiva a la historia de una vez, ya que se necesita terminar la historia y publicar, es el fin natural de todo escritor, que su obra sea conocida y para eso no se puede permitir una duda eterna entre 3, 4 o 5 diferentes estructuras de tu historia.

Concéntrate, motivate y confía en ti deja que brote la inspiración y no te presiones si no hace.

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